La Sociología del Trabajo se encarga de estudiar y analizar las relaciones interpersonales que se dan durante las actividades laborales, así como los lazos y las problemáticas que se presentan durante la realización de una actividad remunerada.
Por tanto, es una rama de la sociología económica que emplea la estadística para analizar a través de métodos cualitativos, los fenómenos sociales y la búsqueda de soluciones prácticas ante los problemas que puedan surgir durante la jornada laboral.
Historia de la sociología del trabajo
Para poder comprender mejor a esta rama de la ciencia, debemos saber primero ¿Cómo nace la Sociología del Trabajo? Para ello, debemos situarnos en la sociedad altamente industrializada, principalmente en las ciudades europeas entre 1945 y 1975.
En está época, los países se consideraban como sociedades industriales, esto en oposición a la idea de denominarse sociedades capitalistas, donde el recurso económico más valioso era “el conocimiento”.
Allí, los profesionales con cualificación universitaria, tenían mejores posibilidades y mayores privilegios sociales que cualquier otro grupo.
Es precisamente por esto que nace la sociología del trabajo, en donde se comienzan a analizar las conductas sociales vinculadas al trabajo y que requiere tener un panorama completo de lo que ocurre en la sociedad laboral en sus diferentes niveles.
Por tanto, la sociología laboral es una rama de la ciencia que se encarga del estudio específico del conocimiento humano y de los fenómenos sociales que ocurren y se desarrollan en el campo del trabajo.
¿Cómo se trabaja en la Sociología? Podemos decir que basa su estudio en el método científico y se encarga de crear enunciados que tienen relación con los acontecimientos laborales desde el punto de vista humano y sus consecuencias en la construcción social.
Estudia de igual modo, se estudian las diversas transformaciones que van ocurriendo en la población laboral, la inclusión masiva de las mujeres al trabajo, cómo se va estrechando la aceptación de personas de acuerdo con la edad y el desempleo masivo.
Importancia de la sociología en el trabajo social
El trabajo social busca promover cambios en la forma de solucionar problemas interpersonales, los cuales pueden surgir durante el desarrollo de la jornada laboral. A la vez, se promueve el desarrollo de las potencialidades individuales y colectivas.
En una sociedad dominada por el mercado, la tecnología de la información y la competitividad, ¿Cómo contribuye la Sociología al trabajo social? En ese caso, aportando herramientas y mecanismos que permitan la resolución de conflictos interpersonales.
La sociología en el trabajo social ayuda a las personas a nutrirse de nuevos conocimientos, que le permiten profesionalizarse y obtener mejores cualificaciones laborales
De esa forma, se pueden conseguir mejores puestos laborales con salarios más altos. No solo se le da mayor valor al trabajador, ¡también a los cambios positivos que se van generando!
El trabajador social requiere saber escuchar, ser capaz de analizar y de manejar situaciones difíciles, y tener una alta capacidad de negociación que le permita una mejor interacción grupal… esa es la gran importancia de la sociología del trabajo.
Como su principal objetivo es el estudio de los fenómenos sociales en el trabajo y encontrar las posibles soluciones prácticas, los métodos de la sociología del trabajo que se emplean principalmente son los cuantitativos, cualitativos y el método científico.
Desafíos la sociología del trabajo
Uno de retos a enfrentar en este campo, tiene relación directa con la forma de evolucionar de los procesos productivos y la formas en cómo deben ser abordados.
Algunos casos en que esa transición puede ser abordada eficientemente, podemos indicarla con sociología del trabajo ejemplos:
- Adecuar la legislación laboral a los cambios tecnológicos, de manera que estos no sean factor de reducción de personal. La tolerancia en casos de deferencias culturales, religiosas, de género, de edad, entre otras.
- Los procesos migratorios aumentan la competitividad por el empleo y esto genera un déficit artificial de puestos de trabajo, que deben ser abordados con mucha precaución para evitar explosiones sociales producto del desempleo.